sábado, 28 de mayo de 2011

Segunda respuesta a Carlos González Martínez

(ver en blog):

Hola de nuevo Carlos: Creo que, como ya he intentado decirte en comentario a tu artículo anterior sobre el 15M, pasas por alto un punto muy importante en tu análisis de las causas y la naturaleza de esta crisis: esta crisis es una gran crisis económica y financiera, de eso no hay duda, pero la base que la ha propiciado es la sumisión del poder político elegido en las urnas al mandato de los mercados y los las inercias y movimietnos de los bancos y sus dispositivos. Lo verdaeramente indignante se te escapa, no al movimiento 15M: esa sumisión del poder político a los agentes de la economía neoliberal que provocaron la crisis, que no sólo no han arrimado el hombro para sacarnos de ella, sino que (he ahí el máyor escándalo) no han parado de beneficiarse de ella y a costa del dinero de los ciudadanos, sus derechos laborales (diezmados como nunca antes desde el siglo XIX por las recientes reformas laborales) y su seguridad social, que no para de ser, poco a poco, desmantelada al ponerla al servicio de los poderes privados. Si “radical” es pedir, según tú, la nacionalización de los beneficios para devolver a los ciudadanos los derechos y la seguridad social que les corresponde, además de al menos una parte (qué menos) de lo que los Estados les han dado a los bancos, pues hoy por hoy la decencia democrática y la coherencia con los ideales de justicia, democracia, libertad e igualdad que pareces defender de palabra, pide ser “radical”. Porque, a ver ¿por qué no han de ser nacionalizados los bancos o una parte de ellos SI ésa sería la herramienta para devolver a los ciudadanos lo que se les ha robado y se les sigue robando desde el estallido de la crisis? ¿Qué les ves de “demoníacas” a las soluciones colectivistas en barrios, partidos y demás organizaciones? ¿Tan poco compatibles con la democracia las percibes? ¿Crees que la política democrática ha de seguir siendo exclusiva de los partidos? No defiendo los maximalismos de muchos libertarios o anarquistas que dejan oir sus voces en las plazas del 15M; yo también pienso que no todos los partidos ni todos los políticos son iguales ni mucho menos que sean todos corruptos. No creo, hoy por hoy, en la viabilidad de algunas propuestas que se han oído, pero participo en el movimiento y tengo la percepción de que los radicalismos que tú temes, ni son todos alejados del pueblo que tú denomidas “moderado”, ni son las consignas que están ganando los votos mayoritarios de las asambleas que se siguen haciendo para acordar la tabla de “mínimos” y de eso el comentarista Antonio (25 de mayo, 1:50 PM) ya te ha dado una pequeña lección, con todos los respetos. También en mi barrio, Ruzafa, de Valencia, en su primera y hasta ahora única asamblea (la de la plaza central sigue en pie y ya veremos hasta cuándo, no es lo más imprtante ahora) se está por conseervar y ratificar los 10 puntos que formaban una especie de “decálogo” de propuestas de la Acampada Valencia 15M y que te invito a que veas en su web: desarrollan un poco más los 4 puntos que tú santificas, pero no olvida el control ciudadano de los bancos (o democrático, es decir, político-democrático) verdadero caballo de batalla para que este cruel sistema neoliberal que tiene en solfa a toda la ciudadanía y su misma soberanía por sumisión vergonzosa de los gobernantes elegidos a los mandatos de los poderes financieros que nadie ha elegido, se acabe por transformar, es decir, dejar paso a otro sistema. Porque sí, Carlos, el problema es de sistema, no sólo de pequeñas reformas, y no es compatible, ya lo ha demostrado sobradamente, el neocapitalismo neoliberal con la democracia y la dignidad, libertad e igualdad de oportunidad de los ciudadanos. por eso la mayoría 15M tiene claro (no así al parecer tú) que es el propio funcionamiento de ciertas bases del sistema lo que hay que cambiar. Pacíficamente. Con toa la tecnología y los apoyos de partidos y asociaciones qu se quera, todo lo lentamente y moderadamente que se necesite, pero paso a paso, sin prisa pero sin pausa, hasta ir a la raíz. Por eso hay que ser algo radicales y no demonizar beatamente la palabrita, como tú pareces hacer en tus escritos. Te invito a leer a los analistas economistas y politólogos de Attac y el propio libro de este mayo que es Reacciona, la secuela del Indignaos de Hessel. Un saludo.

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